La administración busca familias para los menores, no menores para las familias y, en ningún caso, las familias que participan lo hacen en la modalidad de adopción, aunque esto depende de la legislación existente en cada comunidad autonoma, en algunas sí que se contempla el paso de acogimiento no preadoptivo a acogimiento preadoptivo en la misma familia. Con lo que, con sus ventajas e inconvenientes deben hacer el esfuerzo de integrar en su núcleo familiar a un menor o menores con unas vivencias totalmente diferentes, que pueden ser de tipo cultural, religioso, alimenticio, etc...
El proceso de adaptación a ese o esos nuevos miembros puede ser en muchos casos costoso y producto de tensiones que pueden dinamitar el seno de la familia, ya que, es una decisión que también implica a todos los habitantes del núcleo familiar y de la familia extensa cercana (otros hijos, abuelos, tíos, etc...).
No debemos olvidar que en la mayor parte de los acogimientos será positivo para los menores mantener el contacto con su familia biológica. Así que, casi una vez a la semana, estarán sujetos a lo que se llama visitas, bien con sus padres o con miembros de la familia extensa con los que sea beneficioso mantener el contacto. La buena marcha y evolución de las mismas provocará en los niños diferentes reacciones con las que deberán lidiar las familias acogedoras.

Desde luego es esta una decisión que te cambia la vida, pero que, en mi opinión, es una experiencia vital enriquecedora para uno mismo y beneficiosa para los menores.
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